Viaje a …

viajeEL VIAJE A NINGUNA PARTE

¿Nos encontramos ante un billete de regreso a “Pequeño”? ¿ o quizás hacemos una reserva a un estancado “ Flamingos” ?
El desconcierto nos abruma con la bienvenida de 20 inéditos temas que encontramos al comprar un mismo billete hacia dos destinos distintos.

Primer destino:
Después de contemplar cómo corren los paisajes desde la ventanilla del último vagón despedimos al largo trayecto de dos años para poner el oído en tierras ya conquistadas tiempo atrás. Un paseo por la sensualidad de Rita Hayworth en “ Gilda”, una repetida visita el imperio Inca recordando a nuestros amigos peruanos, un embriagado reposo al clásico blues estadounidense despertando sobre un piano de pared con un improvisado jazz para finalizar bailando un accentuado tango argentino en un cabaret francés cantando junto al maestro de ceremonias

Segundo destino:
Embarcamos hacia lo desconocido dejando atrás la tranquilidad, mojándonos con cálidas olas de reggae jamaicano, acompañado del tradicional gospel, pasando por la coreografía simbólica del country americano acompasado con palmas y caracterizado por un largo sonido de armónica.. Así nos cogemos abrazados y giramos para llegar a la antigua Alemania para rodar con un personalizado y elegante vals donde la debilidad de los pasos hace que caigamos en un
sincero y triste bolero.

Con el primer single ,“ Qué tengas suertecita”, Bunbury ya nos deja entrever el cambio de rumbo que su trayectoria musical ha dado. Una voz quizás más segura de sí misma, madura y astuta, vocalmente exagerada, influenciada por el acento latinoamericano y camuflada por una ronquera difícil de imitar viene acompañada por un sonido impecable, por parte del Huracán Ambulante, lleno de nuevos sintonías de cuerda, viento, percusión, teclados…hasta ahora no escuchados en sus anteriores discos. Desde Zaragoza a Nicaragua, o desde Cádiz a Perú han servido para ser testigos de la inspiración creadora de un lenguaje sincero y rebuscado, paradójico, brillante y de gran calidad para convertir cada una de las canciones en pequeñas historias con estructuras alteradas a las que no estábamos acostumbrados.

En conclusión, en “ el viaje a ninguna parte” todo sirve, toda opinión es buena, toda nueva compañía ( entre los más destacados Carlos Ann, Pedro Andreu, Morti, sus gatos Bowie y Shakira…) han sido capaces de reforzar este nuevo trabajo donde una vez más Enrique Bunbury, acompañado por sus dos pasiones: los viajes y la música, vuelve a declararse como el aragonés errante celoso de sí mismo y envidiado por la peculiaridad y la pasión que hace de él un hombre civilizado.

¿Conseguirá un próximo vuelo hacia un nuevo éxito?

PALAU DE LA MÚSICA – BARCELONA

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